El primer paso es poner en la licuadora la mitad de la leche junto con las semillas de cardamomo y el azúcar, lo licuamos unos segundos para que el cardamomo saque su vibrante sabor y el azúcar se disuelva.
En una pequeña cacerola ponemos el resto de leche junto con el chocolate y lo calentamos ligeramente revolviendo constantemente hasta que el chocolate se derrita por completo.
Juntamos las dos leches y dejamos que se enfríe.
En un baño maría cocinamos las yemas de huevo revolviendo constantemente hasta que tomen un color ligeramente más claro y su textura espese, para saber cuando esta listo la prueba de fuego es mojar una cuchara con la mezcla y al pasar un dedo debe quedar una línea la cual le debe costar trabajo juntarse de nuevo (si por alguna razón se les llegan a hacer grumos pueden pasar la mezcla por un colador fino, siempre y cuando no sea huevo revuelto).
Agregar las yemas cocinadas a la mezcla de la leche y mezclar muy bien. Llevar a refrigeración.
Batir la crema hasta formar picos suaves.
Mezclar la crema con la leche (fría) de forma envolvente ayudándose de una espátula y cuidando de no perder mucho aire.
Llevar la mezcla a la máquina de helado hasta que tenga la textura deseada.
Meter el helado en el congelador por lo menos por 3 horas y sacar unos 5 minutos antes de servir.