Hace unas semanas Santiago y yo decidimos que queríamos vivir una vida lo más libre de plástico que no sea posible, tratando de generar la menos cantidad de desperdicio.
Después de unas vacaciones en la playa nos dimos cuenta que si queremos influenciar en el mundo y sobretodo enseñarles a nuestras hijas qué se puede construir un mundo mejor, somos nosotros los que tenemos que poner el ejemplo. ¿Y qué tienen las que ver las vacaciones en todo esto?
Estas deliciosas vacaciones fueron en la playa, estábamos desesperados por escaparnos aunque sea unos días lejos de la ciudad y de la monotonía de todos los días. Buscando en línea promociones de último momento encontramos un paquete especial para irnos a Acapulco a un gran y enorme hotel de 4 estrellas, el precio era bueno así hicimos las maletas y nos fuimos.
No quiero que me mal interpreten, pasamos unas ricas vacaciones, jugamos con mis hijas en el mar, disfrutamos de la alberca, hicimos castillos de arena y sobretodo pasamos un tiempo juntos en familia sin las presiones de la vida diaria.
Pero con Santiago notamos la cantidad de basura, sobretodo de plástico que se generaba en ese gran hotel. No solo nos dimos cuenta mi marido y yo, mi hija mayor tiene muy claro qué hay cosas que lastiman a los animales que ella ama también lo noto, ella cuando pide su bebida preferida siempre la pide igual, ¨una naranjada natural, con poco jarabe y sin popote¨, el primer día pidió su naranjada y aunque si llegó sin popote le pusieron un revolvedor de plástico, ella estaba enojada y con toda la razón ya que todo el discurso que repite cada vez que quiere una bebida tiene un fin, ella quiere cuidar a los animales y sabe bien que el plástico termina en el mar y los lastima. Mi hija tiene 5 años y tiene mucho más claro que la mayoría de los adultos del daño que hacen estos plásticos que se usan una sola vez y terminan contaminando el medioambiente.
El hotel usaba plástico sin ton ni son, sobre todo si estabas en la playa, cualquier bebida o alimento lo llevaban en platos desechables y en un hotel con 1011 habitaciones significa mucha, pero muuuuuuucha basura todos los días.
El hotel tenía unas preciosas palapas frente al mar donde podías pasar todo el día y si pedías comida en la playa, todo venia en plástico, y cuando digo todo me refiero a TODO sin excepciones, los vasos, platos, cubiertos, incluso ponían las servilletas dentro de un vaso de plástico.
Lo más triste es que cuando le hicimos notar al gerente del restaurante del problema, su respuesta fue que por cuestiones de costos no podían dar el servicio con platos normales, a lo cual Santiago y yo solo pensamos ¿y el costo al medioambiente? Cuando les pedimos que nos trajeran las cosas en platos normales se negaron en un principio, pero al final gracias a que somos necios y como por suerte ¨ el cliente siempre tiene la razón ¨ nos dieron nuestros alimentos en platos de cerámica, y auqnue nosotros logramos a regaña dientes que nos dieran el servicio en platos normales. El problema es que de todos aquellos que estaban comiendo en las palapas nosotros éramos los únicos que exigimos una comida libre de plástico.
No puedo quejarme de un mundo contaminado y ser parte del problema así que después de mucho platicar, Santiago y yo tomamos la decisión de intentar no general basura, o por lo menos generar lo menos que nos sea posible, empezar a seguir más de lleno el muy conocido movimiento zero waste y aunque la idea suena genial, no sé con seguridad la realidad que nos espera.
Ya hacemos algunas cosas desde hace tiempo para generar menos basura, como llevar siempre una bolsa vacía por si compramos algo, así como nuestras botellas reutilizables, siempre pedimos nuestra bebida sin popote, tenemos cepillos de dientes de bamboo y usamos champú solido, pero esa es solo la punta de iceberg, el consumo del plástico esta tan normalizado que la mayoría de las veces no nos damos cuenta de lo mucho que consumimos. Incluso hay productos que no nos damos cuenta de que son de plástico, como bolsas, ropa, chicles, etc.
El proceso lo haremos paso a paso, empezaremos por lo que consideremos más aplicable y fácil de hacer en nuestra familia, para ir haciendo una transformación paulatina y que sea duradera, además de eliminar todo el plástico que no necesitamos debemos analizar cómo consumimos y de donde vine nuestra basura para entonces buscar las soluciones que se adapten a nosotros.
Me emociona formar a mis hijas así, enseñarles que ellas pueden ser parte de la solución y que juntos en familia hagamos esto realidad, imagino que no todo será sencillo, pero espero que juntos logremos una vida más sana y libre de tóxicos. No sé si con certeza logremos eliminar todo el plástico de nuestras vidas pero intentaremos por lo menos usar lo menos posible, siguiendo la premisa de este movimiento que es: Rechazar (no aceptar aquello que sabemos que no necesitamos), Reducir (reducir nuestro consumo de platicos y si no nos queda de otra elegir aquellos que sabemos con certeza que si se pueden reciclar), Reutilizar (darle la mayor cantidad de usos a lo que ya tenemos, siempre y cuando no sean tóxicos) y por último Reciclar (desechar correctamente la basura asegurándonos de que será reciclada en vez de terminar en los enormes lotes de basura o el mar).
Somos una familia de 4, con dos niñas chiquitas, un papá y una mamá que trabajan tiempo completo, que tienen que viajar por cuestiones de trabajo, con dos hijas que quieren los juguetes de moda y vivimos en una gran ciudad. Nosotros lo vamos a intentar y hemos decidido compartir con ustedes nuestro viaje, nuestro cambio, espero que los inspire a ustedes y nos ayude a mantenernos en el camino correcto. Así como formar una comunidad donde todos hagamos este cambio.
Aquí empieza nuestro viaje tratando de generar la menor cantidad de basura posible, consumiendo de manera más responsable y tratando de dejar en el camino un mundo mejor, espero podamos caminar este camino juntos.