¿Qué son los obesógenos?
Los obesógenos son sustancias químicas artificiales que la ciencia apunta que contribuyen a la obesidad. Los encontramos en diferentes lugares cómo envases de alimentos, biberones, chupones, juguetes, plásticos, utensilios de cocina y cosméticos.
Se conocen más de 20 productos químicos que son considerados obesógenos los cuales cuando ingresan a tu cuerpo, pueden alterar su función normal y generar aumento de grasa (1).
¿Cómo funcionan los obesógenos?
Los obesógenos son una categoría de disruptores endocrinos, es decir que tienen la capacidad de interferir con tus hormonas (2).
Algunos disruptores endocrinos ejercen sus efectos activando los receptores de estrógeno, lo que puede causar efectos nocivos tanto en mujeres como en hombres.
Estos receptores de estrógeno se unirán a cualquier cosa que se parezca remotamente a un estrógeno (3).
Pero los obesógenos no solo se han relacionado con la obesidad, sino también con defectos de nacimiento, pubertad prematura en las niñas, des masculinización en los hombres, cáncer de mama y otros trastornos.
Un gran problema con ellos es que muchos de estos efectos ocurren en el útero. Cuando las mujeres embarazadas están expuestas a estos químicos durante el embarazo aumentan el riesgo de que sus hijos se vuelvan obesos (4).
Estos son los 5 químicos obesogénicos más comunes
1. Bisfenol-A (BPA)
El bisfenol-A (BPA) es un compuesto sintético que se encuentra en muchos tipos de productos, incluidos las mamilas, recipientes de plástico para alimentos, contenedores de bebidas y en las latas de metal que vienen tus alimentos.
Estudios recientes han demostrado que los niveles altos pueden causar daño tanto a los animales de laboratorio como a los humanos (5).
La estructura del BPA se parece al estradiol, que es la forma más importante de la hormona sexual femenina estrógeno. Como resultado, el BPA se une a los receptores de estrógeno dentro del cuerpo (6).
El momento de mayor sensibilidad al BPA es en el útero. Y en estudios se ha encontrado este disruptor endocrino en el 96 % de mujeres embarazadas. (7/).
Múltiples estudios han asociado la exposición al BPA con el aumento de peso y la obesidad, tanto en animales de laboratorio como en humanos (8, 9, 10, 11).
La exposición al BPA también se ha relacionado con la resistencia a la insulina, enfermedades cardíacas, diabetes, trastornos neurológicos, disfunción tiroidea, el cáncer, las malformaciones genitales y más (12, 13, 14/, 15).
2. ftalatos
Los ftalatos son sustancias químicas que se utilizan para hacer que los plásticos sean blandos y flexibles. Se encuentran en varios productos, incluidos envases de alimentos, juguetes, productos de belleza, productos farmacéuticos, cortinas de baño y pintura.
Estos productos químicos pueden filtrarse fácilmente de los plásticos y contaminar los alimentos, el agua e incluso el aire que respiramos (16).
En un estudio sueco se encontró que los niños pueden absorber a través de la piel y el tracto respiratorio los ftalatos que se encuentran en el aire y que provienen de los materiales plásticos del piso (17).
Al igual que el BPA, los ftalatos son disruptores endocrinos y afectan el equilibrio hormonal del cuerpo (18, 19).
Se cree que los ftalatos pueden estar contribuyendo a una mayor susceptibilidad al aumento de peso al afectar los receptores hormonales llamados PPAR, que están involucrados en el metabolismo (20).
Estudios en humanos han demostrado que los niveles de ftalatos en el cuerpo están asociados con la obesidad y la resistencia a la insulina (21, 22, 23)
Los hombres son particularmente susceptibles a ellos. Los estudios muestran que la exposición al ftalato en el útero puede generar malformaciones genitales, testículos no descendidos y niveles bajos de testosterona (24, 25, 26, 27, 28).
Además, en un estudio encontró que los metabolitos de ftalatos en la sangre se correlacionaron con la diabetes tipo 2 (29).
3. Atrazina
La atrazina es un herbicida ampliamente utilizado que es un disruptor endocrino y varios estudios muestran que la exposición se correlaciona con defectos de nacimiento en humanos (30, 31/, 32).
Se ha demostrado que daña la mitocondria en ratas, disminuyendo la tasa metabólica y aumentando la obesidad abdominal (33).
4. organoestaños
Los organoestaños son una clase de productos químicos artificiales que se utilizan para distintos fines industriales.
Uno de ellos se llama tributilestaño (TBT). Se utiliza como fungicida y se aplica a embarcaciones y barcos para evitar el crecimiento de organismos marinos en el casco. También se utiliza en conservantes de madera y en algunos sistemas de agua industriales.
Muchos lagos y aguas costeras están contaminados con tributilestaño (34, 35). Sabemos que es dañino para los organismos marinos y ha sido prohibido por varias autoridades reguladoras (36).
Algunos científicos han llegado a la conclusión que el tributilestaño y otros compuestos organoestánnicos pueden funcionar como disruptores endocrinos y contribuir a la obesidad en humanos al aumentar la cantidad de células grasas (37). En un estudio de probeta, se descubrió que provoca el rápido crecimiento de células grasas y reduce su producción de leptina, que es la hormona que nos dice que estamos saciados (38).
En otro estudio en ratones, la exposición al tributilestaño durante 45 días provocó aumento de peso y enfermedad del hígado graso (39).
5. Ácido perfluorooctanoico (PFOA)
El ácido perfluorooctanoico (PFOA) es un compuesto sintético utilizado para muchos fines.
Es un componente de los utensilios de cocina antiadherentes hechos de teflón y también se encuentra en las palomitas de maíz para microondas (40).
Se ha asociado con varias enfermedades en humanos, incluidos trastornos de la tiroides, bajo peso al nacer y enfermedad renal crónica (41, 42, 43, 44).
En un estudio en ratones, la exposición a los PFOA durante el desarrollo llevo a un aumento de la insulina, la leptina y el peso corporal durante la mediana edad (45).
Cómo minimizar su exposición a los obesógenos
Hay muchas sustancias químicas que alteran el sistema endocrino es prácticamente imposible evitarlos todos por completo, porque están literalmente en todas partes.
Aun así, hay algunas cosas simples que puedes hacer para reducir drásticamente tu exposición y minimizar el riesgo.
- Evita alimentos y bebidas que hayan sido almacenados en recipientes de plástico.
- Usa botellas de agua de acero inoxidable en lugar de plástico.
- No alimente a tú bebe con biberones de plástico. Utiliza botellas de vidrio en su lugar.
- En lugar de utensilios de cocina antiadherentes, emplea hierro o acero inoxidable.
- Usa cosméticos de origen natural y ecológicos.
Por supuesto, comer sano, hacer ejercicio, dormir bien y evitar el estrés siguen siendo de los factores más importantes cuando se trata de su salud.
Si necesitas ayuda siempre puedes hacer una consulta en línea conmigo
Esta nota es una adaptación de https://www.healthline.com/nutrition/5-chemicals-that-are-making-you-fat